Madre busca respuestas tras pérdida de su hija en excursión escolar

Desde hace once días, la vida de Loveli Raphael Josef quedó envuelta en un silencio ensordecedor. Su hija de once años, Stephora Raphael Josef, salió de casa rumbo al Instituto Leonardo Da Vinci, el colegio que se había convertido en su segundo hogar por los últimos cuatro años.

Stephora, por sus altas calificaciones, había ganado un espacio especial en una excursión del centro educativo. A las once y treinta de la mañana, Loveli recibió una llamada que cambiaría su vida para siempre.

Un coordinador me llamó y me dijo que la niña se sentía mal, me preguntó que a qué clínica ellos podían llevarla. Minutos más tarde, me enviaron una ubicación por WhatsApp a donde yo debía acudir a buscar la niña, una hacienda“, explica la progenitora.

Al llegar a la hacienda Los Caballos en el sector Jacagua, la madre cuenta que ya no habían niños ni personal docente del centro educativo; sólo había un hombre que se identificó como abogado del centro y múltiples policías.

Cuatro horas después de permanecer allí escuchó como un policía le comentó, de manera informal, a un amigo de ella que su hija había dejado de existir. Sin embargo, a ella sólo se le acercó el personal de salud y le dijeron que al otro día podía pasar por la morgue a buscar el cuerpo de su hija, sin darle ninguna explicación de lo ocurrido.

Desde ese día mi vida se llenó de silencio, yo no puedo con tanto dolor“, repite la madre desconsolada ante la situación que atraviesa desde aquel catorce de noviembre.

Stephora era hija única. Llegó luego de tres embarazos perdidos y nació a los seis meses de gestación. Su madre la describe como “un milagro”. Con once años ya hablaba tres idiomas: francés, inglés y español. Además, jugaba futbol, le gustaba la cocina y era modelo. Stephora participó incluso en el RD Fashion Week.

La madre desconoce cuántos niños fueron a la excursión y cuántos rescatistas habían en una piscina que no tenía ningún espacio divisorio de la profundidad. Once días después, Stephora no ha podido ser enterrada: permanece embalsamada en una funeraria privada mientras se esperan los resultados preliminares de la autopsia.

La mochila y demás pertenencias con las que salió Stephora ese día aún permanecen en el colegio. La madre no ha recibido ni la visita oficial de representantes directivos del colegio para solidarizarse con la situación de su hija, ni para contarle lo ocurrido aquel catorce de noviembre.

Mi hija salió del colegio como una niña viva y me la devolvieron sin lo mas preciado. Y nadie me ha explicado por qué“, asegura la madre. “Yo solo quiero saber qué pasó con mi niña. No puedo enterrarla en paz hasta no tener la verdad“.

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