Yamasá, Monte Plata– Un ingeniero que trabajó en la reconstrucción de la carretera de Yamasá declaró que el puente que se desplomó este miércoles, donde se reportó la pérdida de una persona, presentaba deficiencias estructurales desde 2016 que no fueron atendidas por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC). El profesional indicó que esas fallas eran conocidas y habían sido notificadas oportunamente.
La estructura, levantada en 1999 durante la primera gestión presidencial de Leonel Fernández, formó parte de las obras de recuperación tras los graves daños ocasionados por el ciclón George. Su construcción representó en aquel momento una solución esencial para garantizar la conectividad entre Yamasá y el distrito municipal Don Juan, al servir como enlace estratégico para comunidades rurales y urbanas.
Con el paso de los años, el puente comenzó a mostrar signos visibles de debilitamiento. De acuerdo con el ingeniero, esos indicios nunca recibieron un proceso de reforzamiento técnico adecuado. La falta de intervención, según su relato, permitió que los daños progresaran hasta comprometer la estabilidad completa de la infraestructura, lo que desembocó en el colapso ocurrido.
El testimonio precisa que en 2016, tras el paso de una tormenta, el puente evidenció daños considerables en varios puntos críticos. El ingeniero aseguró que comunicó esta situación a técnicos del MOPC y que entregó fotografías como respaldo. Añadió que conserva esas imágenes en su dispositivo móvil como constancia de la notificación realizada en ese momento.

“Si se hubiese intervenido en ese entonces, eso no hubiese sucedido”, relató el profesional, al enfatizar que la omisión de medidas preventivas resultó determinante en el desplome. La declaración busca resaltar la importancia de la atención inmediata a este tipo de advertencias técnicas para evitar consecuencias posteriores.
El colapso de la estructura no solo interrumpió de manera directa la circulación en la zona, sino que también expuso la vulnerabilidad de la vía. Este puente constituía un punto de comunicación vital para comunidades agrícolas y familias que dependen de este tramo para trasladar mercancías y acceder a centros urbanos. Su pérdida afecta la movilidad y la economía local.

Desde la fecha del incidente, los residentes se han visto obligados a utilizar rutas alternas que resultan más extensas y costosas. El cambio en los trayectos afecta la distribución de productos agrícolas, incrementa el tiempo de traslado y limita el acceso a servicios básicos, lo que complica la vida cotidiana de los habitantes de la región.
Hasta el momento, las autoridades competentes no han presentado un informe técnico oficial que explique las causas inmediatas del desplome. La población local permanece a la espera de que se implementen medidas urgentes que restablezcan la circulación en este punto estratégico y que, al mismo tiempo, garanticen la seguridad de quienes transitan por la carretera de Yamasá y sus alrededores.